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Ha fallecido Hilary Putnam

Hoy ha fallecido Hilary Putnam (1926-2016). Putnam ha sido uno de los más importantes filósofos analíticos de los últimos cuarenta años. 

«Una hormiga se arrastra lentamente sobre la arena. Conforme avanza va trazando en ésta una línea. Por puro azar, la línea se des­vía y vuelve sobre sí misma, de tal forma que acaba pareciendo una reconocible caricatura de Winston Churchill. ¿Ha trazado la hormi­ga un retrato de Winston Churchill, un dibujo que representa a Chur­chill?

La mayoría de la gente, tras reflexionar un poco, contestaría que no. Después de todo, la hormiga nunca ha visto a Churchill, ni si­quiera un retrato suyo, ni tampoco tenía intención de representarlo. Simplemente trazó una línea (y ni siquiera este acto fue intencional), línea que nosotros podemos ver como un retrato de Winston Chur­chill.

Podemos expresar esto afirmando que la línea no representa por sí misma1. La semejanza (de una especie muy complicada) con las fac­ciones de Winston Churchill no es condición suficiente para que algo represente o se refiera a Churchill. Tampoco es condición necesaria: en nuestra comunidad, la forma impresa «Winston Churchill», las pa­labras «Winston Churchill», en tanto que pronunciadas, y muchas otras cosas, se usan para representar a Churchill (aunque no pictóri­camente), si bien no tienen el tipo de semejanza con Churchill que sí tiene un retrato —o incluso un dibujo esquemático. Si la semejanza no es condición necesaria ni suficiente para que alguna cosa represente a otra, ¿cómo demonios puede una cosa representar (o estar en un lugar de, etc.) otra diferente?

La respuesta puede parecer fácil. Supongamos que la hormiga ha visto a Winston Churchill, y supongamos que tiene la inteligencia y la habilidad suficientes para dibujar un retrato suyo. Supongamos que ha elaborado la caricatura intencionalmente. Entonces la línea habría representado a Churchill.

Por otra parte, supongamos que la línea tiene la forma WINSTON CHURCHILL, y que este hecho es un mero accidente (pasando por alto que es bastante improbable). Entonces los «caracteres impresos» WINSTON CHURCHILL no habrían representado a Winston Churchill, a pesar de que sí lo hacen cuando aparecen hoy en casi todos los libros.

De forma que puede antojársenos que lo que se necesita para la representación, o lo que se necesita principalmente para la represen­tación, es la intención.

Pero para tener la intención de que algo, siquiera el lenguaje pri­vado (incluso las palabras «Winston Churchill» repetidas mentalmen­te y no oídas) represente a Churchill, debo ser capaz de pensar en Chur­chill, para empezar. Si las líneas en la arena, los ruidos, etc., no pue­den representar nada «en sí mismos», entonces ¿cómo es que pueden hacerlo las formas del pensamiento? ¿Cómo puede el pensamiento al­canzar y «aprehender» lo que es externo?»

PUTNAM,H.
Razón, verdad e historia