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Novecento |
La película se inicia en enero de 1901, coincidiendo con la muerte de Verdi y con el nacimiento, al mismo tiempo, en la hacienda Berlinghieri, de dos niños: Olmo Dalcò, descendiente de un trabajador de la hacienda, y Alfredo Berlinghieri, nieto del patrón de la hacienda.
Robert De Niro y Gérard Depardieuson los protagonistas que personifican el espíritu de estas dos familias: el primero encarna al descendiente de una familia de terratenientes de la Italia de principios de siglo, dueños de las haciendas en la que los campesinos, como en casi todas partes, eran tratados como siervos, como esclavos que todavía podían comprarse y venderse con la propiedad a la que pertenecían, como se había hecho durante tanto tiempo. El segundo encarnaba a Olmo, hijo de campesinos, inconformista de izquierdas que ansiaba más libertad, que se opone y lucha contra el fascismo que emergía en Italia, como en toda Europa, ideología que encontró un caldo de cultivo y un aliado en los poderosos terratenientes que querían conservar sus privilegios y su poder sobre la vida y la muerte de sus hacendados. Esta ideología está representada en la película por el camisa negra Attila Melanchini, al que da vida el actor Donald Sutherland, el médico inolvidable de MASH.
Ratio: 5 / 5
Cuenta Jesús que en su familia la mayoría ha estudiado carreras de Ciencias.
Una exposición sobre Severo Ochoa |
En las conversaciones suelen manifestar un cierto menosprecio hacia las de Letras: “Son ‘comediantes’, ‘faranduleros’. No producen nada útil. Sin ellos la humanidad podría vivir tranquilamente, incluso mejor, porque a veces sólo sirven para provocar confusión, si no conflictos”.
Entonces empieza la dialéctica:
Jesús.- ¿Qué científicos conoces tú y qué han aportado a la humanidad?
Jacinto.- Pues, por ejemplo, a Severo Ochoa.
Jesús.- ¿Y cómo has llegado a conocer al Premio Nobel?
Pilar.- Por la televisión.
Jesús.- ¿Y quiénes actuaban en televisión para informar al público sobre la carrera investigadora de Ochoa en Bioquímica y Fisiología?
Javier.- Actores profesionales.
Jesús.- O sea, ‘comediantes’.
Elena.- Podíamos haber leído su biografía, en vez de verlo por la televisión.
Jesús.- De acuerdo. Peronormalmente los biógrafos son otros ‘comediantes’ que nada ‘producen’. Como lo fueron Platón, Aristóteles, Jesucristo, Cicerón, Machado, Pablo Neruda, Cervantes, Goya, Rafael, Dostoievski, Flaubert, Oscar Wilde, John Huston…
Por Juan Verde Asorey
Ratio: 0 / 5
El concepto de secreto es, en cierto modo, paradójico. Porque una ocurrencia o un pensamiento individual no contados, no llegan a serlo, ya que el secreto exige separar algo del conocimiento de otros, pero no de todos. Guardar un determinado conocimiento para uno mismo, no sería condición suficiente para poder llamarlo secreto. Esto sería un simple embrión de mensaje. Algo sólo puede llegar a ser secreto cuando se convierte en mensaje contado, es decir, cuando llega a ser compartido al menos por dos personas. Por eso se equivoca quien dice que algo contado ya no es secreto.
De las raíz 's-w-e' (pronombre de 3ª persona) surge el verbo latino 'cedo' (ceder, apartar). Y de la raíz 'skribh-' (cortar, separar, distinguir) proviene el latino 'cerno' (cribar, separar, distinguir). El pasado de este verbo es 'crevi' y el participio 'cretum'. Por tanto 'se-cretum' es haber separado algo para nosotros mismos, es decir, para no ser comunicado o compartido, más allá del grupo convenido. "¡Esto queda entre nosotros!". Dicha frase indica los límites del secreto, los cuales incluyen, a veces, la correspondiente amenaza (jurídica, moral o vengativa) para el que no cumpla lo pactado 'yéndose de la lengua'. En cualquier caso, el secreto no se refiere al contenido del mensaje sino al conocimiento que de él tiene una 'parte' (sección) de cuantos pudieran estar interesados en participar de su conocimiento.
Ratio: 4 / 5
"Tener fe significa no querer saber la verdad"
FRIEDRICH NIETZSCHE (1.844 – 1.900)
Friedrich Nietzsche |
La verdad exige la objetividad más rigurosa, al margen de nuestros deseos, mientras que la fe se basa en la subjetividad imaginativa de sus afirmaciones, que no tienen más prueba ni argumento que la tradición en la que se basan o la autoridad desde la que se habla.
La fe, sin embargo, habita en los recovecos más antiguos y más oscuros de nuestra sensibilidad, alimentada por los miedos que nos han acompañado durante tanto tiempo por esta travesía a través de la intemperie de un mundo que sólo suscitaba temores y reverencias hacia lo inexplicable, que devenía así en algo mágico y sagrado; se ha nutrido también de la ignorancia, porque ella constituye el sustento de la propia creencia y, de paso, ésta mantiene en un poder mágico e incontestable a los que les interesa, por tanto, conservarla y fomentarla.
Ratio: 5 / 5
Ejemplo: Suele decirse que los ejemplos atraen, provocan su imitación. Claro que habrá que diferenciar entre los buenos y los malos ejemplos, y también habrá que aclarar qué se entiende por buenos y por malos.
Etimológicamente parece que todo ejemplo es 'bueno' para quien lo sigue, ya que esta palabra significa tomar (comprar) algo de entre otras cosas u otras opciones. Proviene del término indoeuropeo 'eghs' (fuera) y la raíz 'em-' (tomar), de aquí deriva el prefijo latino 'ex-' (sin, fuera de) y el verbo 'emo' (comprar). En participio neutro se dice 'émptum', y de su unión saldría 'ex-emptum' (exémplum, ejemplo). Se trata pues de sacar (o apartar) para uno lo comprado, de quedarse con lo tomado.
Raimundo de Miguel relaciona 'emo' con el griego 'emós' (mío, mi), como indicando que lo que se compra se convierte en propiedad de quien lo adquiere. Hay conductas humanas que se han tomado por modélicas, según los valores utilizados como criterio. Éstas son las que pertenecen a la vieja sentencia latina que dice: "Verba movent, exempla trahunt" (las palabras incitan, los ejemplos arrastran). Según esto, las palabras tienen menos capacidad de emocionar que los ejemplos, pero es claro que las palabras son mejores para argumentar que los ejemplos. El ejemplo depende de cómo es recibido, de modo que puede producir rechazo o reclamo, según los intereses y disposición de cada cual (obrante e imitador). En cambio las palabras sólo pueden rechazarse, razonablemente, mediante refutación.
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Posiblemente la palabra 'mendigo', proviene de las raíces indoeuropeas 'men-' (pensar y derivados) y 'dhe-' (poner, colocar), de ésta deriva el verbo latino 'facio' (hacer), el cual con el prefijo 'de-' significa carecer (de-fecto).
Por consiguiente, el mendigo, en origen, es el que carece de ciertas funciones mentales y, por extensión, cualesquiera otras consideradas 'propias', es decir, que le correspondería poseer por naturaleza.
En principio, con el vocablo latino 'mendicus' se nombraba al que padecía un defecto físico, el cual le impedía poder ganarse la vida y, además, movía a la compasión, pasando después a significar el pobre que obtiene por súplica su sustento.
Son de la misma familia los términos latinos 'mendum' (defecto), 'emendo' (corregir, sacar algo de su estado defectuoso, enmendar), e incluso 'méndax' (mentiroso), al relacionarse con la idea de vicio o defecto; y también los castellanos mendicante, mendicidad y enmienda.